Festival Bakalarte 2019 - transito.media

Festival Bakalarte 2019

Bacalar, en Quintana Roo, es un pueblo mágico que por su riqueza natural y tradicional se ha vuelto un punto de afluencia e intercambio cultural, por este motivo y por la pasión por el arte, Tania Portillo dio vida al Festival Bakalarte: arte urbano y poesía, desde 2016. Para la edición de este año invitaron al equipo de Tránsito para conocerlo de primera mano y conversar sobre el futuro del mismo.

Primeramente Tania nos contó sobre la concepción de la idea a través de viajes por el extranjero, observando distintos entornos urbanos, se dio cuenta que el arte en la calle es un importante factor que puede incidir en la convivencia social de una región. Al regresar a Bacalar hace algunos años notó que sus calles podrían tener una personalidad única y con la premisa de “querer transformar la imagen urbana con arte y poesía” fue que surgió Bakalarte.

Además de fomentar la curiosidad en quien observa las obras, también busca transmitir a través de una guía cultural conocimientos sobre la historia de Bacalar, sus costumbres y el arte urbano que ha decorado sus calles. Con esta última edición han sumado 150 murales y la finalidad es generar una galería cambiante e invitar a artistas distintos cada año para que intervengan los muros del pueblo y lo doten de una personalidad única.

Desde la primera edición, la comunidad se ha incorporado al proyecto en diferentes formas, pues no sólo cuidan los murales, sino que durante su realización apoyan con alimentos, pintura, iluminación y bancas para el espacio que los rodea. La ayuda también ha llegado por parte de empresas de construcción que prestan algunos insumos como andamios y Comex con la pintura; por otra parte, amigos del proyecto, como Oscar Axo, artista de la Ciudad de México, fue uno de los encargados de invitar a varios participantes.

También desde el principio se ha gestado una fusión entre el muralismo y otras disciplinas artísticas: “En el primer festival tuvimos música e implementamos otras disciplinas, pues mientras los artistas pintaban había gente tocando el violín, un saxofón, una guitarra… Aquella edición se fundamentó en los valores, a cada artista le tocó uno y debía fusionar las tres disciplinas: música, arte urbano y poesía. Año con año se ha mantenido la temática de preservar la laguna de Bacalar y que la comunidad se incorpore al proyecto”, comenta Tania, y hace énfasis en el vínculo que tiene el festival con la consciencia ecológica.

Además del festival, también tienen planeada la realización del centro cultural Bakalarte, en donde se fusione la naturaleza con el arte y se construya una cadena artística. Tania lo describe como un callejón artístico que abarcará artesanías, una galería abierta y la naturaleza. “Desde la entrada habrán locales artesanales para promover las producciones de la región como la miel, que es una fuente importante en Bacalar. Pensamos darles de manera altruista un lugar para turnarse. A veces miel, nanches, artesanía local, ropa… va a haber un movimiento de los artesanos de Bacalar. Del otro lado habrá un escenario para la música, un cine que proyecte cine mexicano, pues fue muy importante para mí en mi desarrollo, ya que obtuve muchos valores de ver cine –será un cine de pueblo– y otra pared para montar cuadros de los artistas y productos artesanales para su distribución como mezcal, bebidas de frutas y hojas de Bacalar.

Ambos proyectos buscan generar una fusión entre los artistas mexicanos y los internacionales. A lo largo de los años se ha gestado un boom en el arte urbano y ello ha causado grandes cambios en las poblaciones intervenidas. Uno de los participantes de la última edición del festival, Uneg, artista urbano de la CDMX, menciona la importancia del arte público a partir de la interacción con el espacio: desde la adición de elementos identitarios del lugar intervenido para lograr que sus habitantes se identifiquen puede generarse un cambio positivo. “Siempre funciona generar un movimiento artístico gratuito para la gente. Creo que el hecho de que sus calles puedan convertirse en una galería puede tener un impacto positivo comprobado. Hay estadísticas que demuestran que en lugares donde hay delincuencia o en zonas de alto riesgo, si se empieza a ‘atacar’ con arte, ya sea música, pintura o teatro, la gente reacciona distinto y en vez de tener miedo de pasar por esas calles se vuelve algo positivo”.

Enhorabuena por la iniciativa que tiene este festival por generar cambios en la comunidad a través del arte. Estaremos atentos a las siguientes ediciones para dar seguimiento a los proyectos que la fundadora de Bakalarte nos presente.

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